La vacuna antineumocócica se recomienda en mayores de 65 años sanos, en afectados por patologías de base y grupos de riesgo

4 de noviembre de 2019.- Las personas mayores de 65 años, aunque estén sanas, así como aquellas que tienen enfermedades de base y ciertos grupos de riesgo deben ponerse la vacuna antineumocócica, según se ha recalcado en la ponencia “Vacunación antineumocócica: qué sabemos y qué vamos a necesitar en el futuro”, a cargo del Dr. Francisco Sanz Herrero, neumólogo de Valencia y miembro del Grupo de Tuberculosis e Infecciones Respiratorias (TIR) de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), durante el 52º Congreso SEPAR 2019, celebrado en Santiago de Compostela.
Esta conclusión del ponente se basa en el amplio Consenso sobre la vacunación anti-neumocócica en el adulto por riesgo de edad y patología de base. Actualización 2017, firmado por dieciocho sociedades científicas, entre ellas SEPAR, y del que el Dr. Sanz, es coautor, así como en los últimos estudios y hallazgos realizados sobre la vacunación frente al neumococo.
El Streptococcus pneumoniae (neumococo) es el principal agente causante de la neumonía comunitaria (NAC), de la otitis, de la neumonía neumocócica (NN) y de la enfermedad neumocócica invasora (ENI), que es el paso a la sangre de esta bacteria. Además causa, en menor frecuencia, meningitis. Actualmente, existen dos tipos de vacunas que pueden prevenir la infección por S. pneumoniae: la vacuna polisacárida, de 23 serotipos o tipos diferentes de neumococos (VNP23) y la vacuna conjugada de 13 serotipos (VNC13).
Composición y características de las dos vacunas
De los dos tipos de vacunas disponibles, la vacuna polisacárida (NNP23), que se emplea en mayores de dos años de edad, es la que más serotipos incluye, pero presenta limitaciones, porque no genera memoria inmunitaria, esto es, los niveles de anticuerpos disminuyen con el tiempo, por lo que se precisan dosis de recuerdo cada cinco años. Asimismo, no actúa sobre la colonización nasofaríngea.
A diferencia de esta vacuna conjugada (VNC13), puede emplearse a cualquier edad, a partir de las 6 semanas de vida, genera memoria inmunitaria, una respuesta inmunitaria más potente que la vacuna polisacárida (VNP23) y tiene un mayor impacto en la colonización nasofaríngea. Pero tiene como limitaciones que tiene un menor número de serotipos incluidos.
“La vacuna VNC13 es la que mayor y más duradera inmunidad produce por lo que únicamente es necesario vacunarse una vez en la vida en pacientes inmunocompetentes con enfermedades de base, a diferencia de la VNP23 que precisa dosis de recuerdo cada 5 años por agotamiento de la respuesta inmunitaria”, destaca el Dr. Sanz.
Un reciente ensayo clínico, hecho en más de 84.000 personas de más de 64 años ha demostrado la eficacia vacunal de la VNC13 para prevenir tanto la ENI como la NN y, “aunque se precisan más estudios con ambas vacunas en distintas situaciones comórbidas, es esperable un claro beneficio en términos de morbimortalidad, especialmente con la vacuna conjugada (VNC13), resume el citado Consenso.
Vacunación antineumocócica: ¿En qué personas se recomienda?
Actualmente, con las vacunas antineumocócicas y evidencias científicas disponibles respecto a ambas, se aconsejan las siguientes pautas de vacunación: para pacientes inmunodeprimidos, mayores de 65 años, con fístulas de líquido cefalorraquídeo o sin bazo (asplenia), una primera dosis de VNC13 y a las 8 semanas-1 año, vacunación con VNP23; y, en aquellos ya vacunados con VNP23 más de un año, dosis de VNC13 y revacunación con VNP23 a los 5 años, con el fin de maximizar la protección.
La vacunación antineumocócica se puede emplear a cualquier edad, a partir de las 6 semanas de vida, y está especialmente recomendada en los siguientes grupos de riesgo: en ausencia de bazo, fístulas de líquido cefalorraquídeo, personas portadoras de implantes cocleares y pacientes inmunodeprimidos (como los pacientes con leucemias, linfomas, insuficiencia renal crónica, pacientes que han recibido un trasplante, tratamiento inmunosupresor, quimioterapia, infección por el VIH, enfermedades reumatológicas y la enfermedad inflamatoria intestinal, que incluye la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn).
También está aconsejada en mayores de 65 años inmunocompetentes y sanos y en todas aquellas personas con otras patologías de base o factores de riesgo como tener alguna enfermedad respiratoria, como EPOC, asma grave y patología intersticial difusa pulmonar), enfermedad hepática crónica (que incluye cirrosis), enfermedades cardiovasculares crónicas (insuficiencia cardiaca crónica, cardiopatía isquémica, cardiopatías congénitas, hipertensión con afectación cardíaca y pacientes con patología cerebrovascular), enfermedades hepáticas, diabetes mellitus en tratamiento con antidiabéticos orales o insulina, tabaquismo y abuso del alcohol.
Personas que no deben vacunarse y efectos adversos
Las personas que no deben recibir la vacunación antineumocócica son aquellas que hayan sufrido una reacción alérgica a la vacuna conjugada de 7 serotipos (VNC7) o a las vacunas que contengan el toxoide diftérico, ni tampoco las que tengan hipersensibilidad a algunos de los componentes de la vacuna.
En cuanto a los efectos adversos de las vacunas antineumocócicas disponibles, puede aparecer algún tipo de reacción leve y local en el lugar de inyección o febrícula, sensación de cansancio, escalofríos, cefalea o dolor muscular de pocas horas o días de duración.

El fenotipo mucoide de la Pseudomonas Aeruginosa modifica las propiedades viscoelasticas del esputo en Bronquiectasias

La presencia del microorganismo Pseudomonas aeruginosa de tipo mucoide (mPA) en las ronquiectasias provoca una mayor severidad de la enfermedad. Además, esta bacteria altera las propiedades viscoelásticas del esputo, siendo más viscoso y rígido. El análisis de las propiedades viscoelásticas del esputo nos podría ayudar a personalizar el tratamiento respiratorio con el objetivo de fluidificar las secreciones en los pacientes con bronquiectasias, y asimismo ofrecer las opciones terapéuticas más adecuadas para cada perfil de paciente, pero más estudios en esta línea son necesarios. Esta es la conclusión del artículo recién publicado en Respiratory Medicine, cuya primera firmante es la fisioterapeuta Victoria Alcaraz-Serrano, vocal del Área de Fisioterapia Respiratoria de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR). Asimismo, este estudio cuenta con una amplia representación de miembros de SEPAR entre sus autores, ya que también lo firman Laia Fernández-Barat, Elena Gimeno-Santos, Beatriz Herrero-Cortina, Rosanel Amaro-Rodríguez,Rosario Menéndez y Antoni Torres,ya que se ha realizado gracias a una Ayuda a la Investigación de SEPAR, concedida en 2014.

Las bronquiectasias son dilataciones permanentes de los bronquios originadas por diferentes causas entre ellas las infecciones respiratorias, como las neumonías. Sus síntomas son variados, siendo la tos y la expectoración crónica los más prevalentes.Las secreciones respiratorias de los bronquios pueden verse infectadas y colonizadas por microorganismos potencialmente patógenos, como la Pseudomonas aeruginosa (PA). Este microorganismo se destaca por ser uno de los más comunes y porque provoca una deterioración más avanzada de la función pulmonar, calidad de vida y a un aumento de la morbi-mortalidad. La PA, además, puede diferenciarse en dos fenotipos: el no mucoide (nomPA) y el mucoide (mPA).

Hasta ahora, a pesar de la alta prevalencia de la PA en las bronquiectasias se desconocía si existía una diferencia entre los fenotipos mucoide y no mucoide respecto a las propiedades viscoelásticas del esputo (viscosidad, elasticidad y rigidez) Ahora, el nuevo estudio publicado en Respiratory Medicineha analizado la relación entre el aislamiento de los fenotipos de PA, las propiedades viscoelásticas del esputo y variables clínicas en pacientes con bronquiectasias.
Resultados del estudio
La investigación llevada a cabo ha consistido en un estudio transversal donde se han analizado las muestras de esputo, expectoradas espontáneamente, de los pacientes estables con bronquiectasias. Estas muestras se han enviado para su análisis de microbiología y reología (viscoelasticidad). La elasticidad de los esputos y su viscosidad se midieron a dos frecuencias oscilatorias: 1 rad/s simulando la velocidad del movimiento de los cilios y 100 rad/s simulando la tos. Además, se registraron los datos sociodemográficos y clínicos de los pacientes participantes con bronquiectasia.
El estudio incluyó a 17 pacientes con el fenotipo mPA, 14 pacientes con el fenotipo no-mPA y 17 pacientes más con flora mixta (FM). En comparación al grupo FM, los esputos de los pacientes con el fenotipo mPA presentaron una mayor elasticidad, viscosidad y rigidez. Pese a no haber diferencias estadísticamente significativas, los valores en el grupo de mPA tendieron a ser siempre más altos en comparación con los no-mPA. Clínicamente, el grupo mPA tuvo un mayor número de hospitalizaciones debido a exacerbaciones de bronquiectasias en el año previo, además de un mayor número de lóbulos afectados en el TAC, en comparación a los otros dos grupos.

“Este estudio nos ha permitido ver de forma clara que el fenotipo mPA es un sello de mayor severidad para los pacientes con bronquiectasias. De hecho, el fenotipo mPA se asocia con una mayor elasticidad, viscosidad y rigidez del esputo y estas propiedades podrían usarse como un marcador de falta de aclaramiento mucociliar en mPA, con implicaciones clínicas potencialmente importantes. Suponemos que el fenotipo mPA podría usarse como marcador para ayudarnos a personalizar el tratamiento de las bronquiectasias y ofrecer así las opciones terapéuticas más adecuadas para cada perfil de paciente, en función de la presencia de microorganismos y la fluidez del esputo. Este es el primer paso de un camino que todavía nos queda mucho por explorar”, explica la fisioterapeuta Victoria Alcaraz.

La vacuna antigripal previene la infección por gripe, los contagios y sus graves complicaciones como la neumonía

La vacunación antigripal que arrancará en breve es útil para prevenir la infección por gripe, los contagios en la población y complicaciones graves como la neumonía. Está especialmente indicada en grupos de riesgo como los enfermos crónicos, las mujeres embarazadas y los ancianos de más de 65 años, según el Dr. Francisco Sanz, neumólogo del Hospital General de Valencia y miembro del Área de Infecciones Respiratorias de SEPAR (Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica). Leer más

SEPAR insta a hacer un buen uso de los antibióticos en NAC (neumonía adquirida en la comunidad)

La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), que este año celebra el Año SEPAR 2018-2019 de Infecciones Respiratorias,  alerta de que es preciso realizar un buen uso de los antibióticos para combatir el aumento y diseminación de las resistencias a estos medicamentos.

Los casos de tuberculosis descienden al aplicar buenas prácticas al estudio de contactos y coordinarse mejor los niveles asistenciales

Los casos de tuberculosis (TB) descienden cuando se aplican buenas prácticas a los estudios de personas en contacto con enfermos con tuberculosis (en adelante simplemente “contactos”) y se refuerza la coordinación entre distintos niveles asistenciales, según ha demostrado el estudio de contactos realizado en Avilés, área de salud en la que los casos decrecieron de los 30en 2008 a menos de 20 en 2017. Este trabajo se ha incluido en el Compendio de Buenas Prácticas publicado por la OMS para la Implementación de un Plan de Acción de la Tuberculosis por la Región Europea de la OMS 2016-2020, y que se ha dado a conocer pocas semanas antes de la celebración del Día Mundial de la Tuberculosis el próximo 24 de marzo, bajo el lema “Es hora de actuar”. Leer más

El tabaquismo activo y pasivo es un factor de riesgo para desarrollar neumonía sobre todo a partir de los 60 años

El tabaco es un importante factor de riesgo para el desarrollo de la neumonía adquirida en la comunidad (NAC), al incrementar la susceptibilidad de contraer una infección bacteriana pulmonar, incluso en fumadores pasivos, sobre todo a partir de los 60 años. El riesgo de desarrollarla disminuye espectacularmente cuando se abandona el tabaco y,
a los diez años, después de dejar el hábito tabáquico se sitúa a niveles de no fumadores. Leer más

Medidas preventivas de SEPAR para proteger a lactantes de esta infección aguda respiratoria

La bronquiolitis aguda, una infección de las vías respiratorias que afecta a los bronquios y bronquiolos, se puede evitar protegiendo a los bebés de los resfriados de las personas de su entorno, incluidos los padres y los hermanos pequeños, y retrasando el inicio de la guardería, especialmente en los meses de otoño, ya que el pico de esta epidemia ocurre de octubre a enero. La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) propone una batería de medidas preventivas útiles para evitar el contagio de bronquiolitis en bebés y que deben aplicarse tanto en casa como en las guarderías.